Analizando «Corazones de acero»

Corazones de Acero, una película que lleva recaudados más de 85,5 millones de dólares (aproximadamente 72 millones de euros). Brad Pitt protagoniza un filme que ha conseguido unos beneficios a nivel mundial de 201 millones. Un rotundo éxito para añadir a la extensa lista de títulos en los que el actor ya ha intervenido como protagonista.

corazones de acero

Uno de los mayores reclamos es la fama y popularidad de la estrella, es el elemento que determina que se puedan llegar a cifras como las mencionadas; pero es que el presupuesto tampoco desmerece, pues se trata de una superproducción en la que se han  invertido unos 68 millones de dólares.

El nombre de David Ayer ha sido determinante en este trabajo, una cinta bélica con un nombre intrépido, cuya denominación original está llena de fuerza y además apunta certeramente al protagonista del filme: el carro de combate, un tanque, monstruo de la guerra, mole de acero que reparte metralla a raudales. Es al mismo tiempo el hogar de los soldados, el refugio del escuadrón que abandera Brad Pitt en ese escenario decadente de la II Guerra Mundial. Su referente principal, Samuel Fuller, rodó otra película sobre las andanzas y vicisitudes en el interior de un tanque; «Uno Rojo: división de choque (1980)», con Lee Marvin interpretando a un comandante que está al mando de un carro acorazado mientras viaja por una Europa devastada por el conflicto, con Berlín como destino.

«Corazones de acero» no se desprende de los tintes que caracterizan al cine bélico, estos tratan de reflejar el compañerismo que subyace en ese escenario, en ese ambiente de muerte y destrucción, además de los valores negativos y la ausencia de moral y humanidad que se pierden en tales circunstancias. Es un experto en cuanto a lo sórdido del belicismo, su valía queda demostrada con unas cuantas películas en las que retrata la violencia urbana de los Ángeles, «Sin tregua (2012)», u otra más actual «Sabotaje (2014)», podemos decir también que ha tenido la experiencia de servir en el cuerpo de la Marina estadounidense.

David Ayer, a diferencia de Fuller, no construye héroes y tampoco la estrella de Pitt puede presumir de honor, son papeles que buscan en el espectador la antipatía hacia el personaje, al igual que otro de las figuras, aquel soldado joven llamado Norman Ellison (Logan Lerman), podemos afirmar que cada pasajero del tanque es digno de recordar.